31 de julio de 2015

Paciencia.

Nacemos como pequeños peces aislados en un estanque de ideas ajenas. Crecemos para pararnos en esta tierra y hacerla nuestra, incluso cuando ella transmuta en arena movediza. Nos embarramos hasta el corazón y nos empapamos el alma, pero de alguna forma nos la adueñamos.
Algunos se enamoran de ella mientras otros observamos al cielo con la expectativa de un mas allá inexplorado. Queremos correr largas distancias, lo mas lejos que nuestras piernas nos permitan. Nos precipitamos porque ansiamos una libertad que no se encuentra aquí, en una jaula de concreto que cada vez nos queda mas chica. Nos duele la ansiedad de darnos cuenta que no podemos volar de momento hacia nuevo destino.
Pero no hay que desesperar, a veces debemos caminar un poco mas antes de partir. Quien te dice que tal vez mañana nos despertemos con alas que nos permitan volar mas alto de lo que alguna vez pensamos, y ademas mirar desde arriba a todos aquellos que nos dijeron que nunca íbamos a salir de esta ciudad.
Tiempo al tiempo mis queridos. 



Dedicado a todos mis amigos que desean moverse con el viento y a otros que no también.
Cada uno sabe. 


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