31 de diciembre de 2017

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Nunca me considere una persona con suerte, tal vez, una vez la fortuna rozo mis labios. Creo no poder recordar la diferencia. De hecho tampoco recuerdo que los días hayan pasado tan lento y tan pesados como este año. Incluso en otros donde lloré mas de cuenta.
Igual esta todo mas que bien.
Las despedidas son menos arduas. La nostalgia ya no pesa.

Esta noche comienzo el año nuevo despierta y no podría estar mas orgullosa.


Clasificasiones

Nos observamos detenidamente desde el fondo de vasos vacíos.
Intentando hallar alguna que otra sorpresa previamente digerida.
Actuando el mejor asombro para no perecer de aburrimiento en una ciudad aburrida.
Tan maravillosa de a ratos, sobre la luz acogida.

El espanto, el encanto de conocer y desconocer.
Somos variaciones estrepitosas de una misma creación.
Aludidas en números extraños.
Sobre exigiendo a la memoria el recuerdo vasto.
Un rostro aniñado. Un semblante asustado.
Una mentira aguda. Un recuerdo de antaño.
Jóvenes trapos. Viejos defectos.
Solo somos lo que siempre quisimos ser.

4 de diciembre de 2017

Rush

Nunca es demasiado el tiempo
para realizar todas nuestras ofrendas.

Rituales de desesperación
debido a una temporada estancada.

Un movimiento acelerado, para acelerar
las consecuencias de nuestros actos.

Un capricho que debe ser saciado
ante una espera que puede ser eterna.

Recorridos

Divagando en transportes públicos ante un cierto tipo de magia que me cuesta explicar.
Hay cierta facilidad en lo visual que me lleva a recordar mejor sitios, que palabras.
Demasiadas escenas, pequeñas, reproducidas en mi cabeza deliberadamente.

Los viajes de ida solían ser eternos, excitantes, apabullantes. Una mezcla extraña entre la ansiedad de llegar a destino, la resignación de saber que tomaba su tiempo, así como la tranquilidad de no tener horarios fijos que cumplir. Puro goce de viajar directo a todo aquello que no era rutina.
Los viajes de vuelta, en cambio, eran breves, agridulces; reconfortantes pero melancólicos. un sentimiento de alivio al llegar al hogar, un sentimiento de pena al dejar todo lo otro atrás.
Unas cuadras que caminar en la errancia de saber siempre cuál es el recorrido que nos lleva a donde queremos llegar y nunca pero nunca perdernos.

La función terminó y yo siempre me encargo de limpiar el teatro, lentamente.