Me encuentro relacionando sentimientos fantasmas e intermitentes. El miedo es un boomerang que viene y va, atormentando a cada persona de diferentes maneras.
Llega un momento en la vida de todos que ya debemos prescindir de nuestros amigos. Lo entiendo totalmente y estoy muy de acuerdo con esto, pero no puedo evitar pensar que de alguna forma u otra estoy perdiendo a la única persona, que aunque nunca pudo ponerse en mis zapatos, me escucho y trato de comprenderme mas allá de cualquier cosa.
Y no creo que tenga que ver con una distancia física, si no mas con una emocional. Como si ambas viviéramos en mundo absorto de preocupaciones y rutinas que nos impidieran llegar al corazón de la otra como hacíamos en un tiempo no muy pasado. Lo veo, lo escucho y lo siento.
Puede que mi mente frágil me este jugando una mala pasada como es costumbre, o puede que en algún punto sea verdad y solo yo perciba esto debido a mi personalidad y su necesidad de un sostén emocional que nunca pudo encontrar en las personas con las que comparto sangre. Entonces de alguna forma me duele la sensación de estar alejándome de la hermana que siempre quise tener.
Sin embargo no pienso tirar la toalla tan fácilmente. No soy de esas personas que cambian de amigos cada tres meses. Estoy dispuesta a esperar si es necesario solo para sentir aquella empatia otra vez, sin preocupaciones, ni futuros, solo vivir el presente y reír una vez mas.