Supongo que nunca voy a aprender.

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Sick of it all

En este juego silencioso yo no participo pero siento que me arrastran a el. No deseo pecar con palabras ni actos y sin embargo el mundo entero parece estar en mi contra.

Saben, el ser humano vive en sociedad desde mucho tiempo atrás por una simple razón. No nacimos para estar solos, no podemos, y sin embargo cito a alguien que me dijo: las personas son cada vez menos personas y mas gente de plástico. Las sociedad es así, todos en la suya y cero empatia con todo. 

Es que incluso cuando soy totalmente consciente de esto, sabiendo que somos todos distintos y nos paramos diferente ante diversas situaciones, sigue extrañándome que hasta el día de hoy las personas elijan ser de esa forma. Me sorprende, me entristece y a su vez me da un poco de rabia. 

Que evolución tan pobre y deprimente.
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La perdida

Uno siente la perdida y se deja llevar por la idea de buscar razones. Ya que las perdidas son así, un nudo que no pudo desatarse, un porque que de alguna u otra forma debe ser explorado minuciosamente por nuestras mentes conspirativas.
Uno siente la perdida y se enrieda en todo ese hilo de sobra que la otra persona parece dejar atrás. Con un nudo en el pasado y con otro en el presente, tendemos a quedarnos estancados buen rato.
Uno siente la perdida y la llora, se culpa a si mismo cuando los recursos ya no permiten descifrar ese código maldito de verdades ajenas. Si solo supiera uno, que a veces la gente se va porque debe irse, o tal vez parten porque nunca estuvieron realmente aquí en un principio.

Uno siente la perdida, y se siente miserablemente solo.
Uno siente la perdida, mas de una vez, y entiende que siempre estará solo.

Banderas blancas.

¿Saben?, el ser fiel a mis convicciones a veces me juega mas malas pasadas de las que desearía. El creer firmemente en que todos estamos tanto en lo correcto como equivocados solo me lleva a una imparcialidad constante que me hace perder mas personas de lo que quisiera.
Sin embargo, y después de todo este tiempo, sigo eligiendo ese estilo de vida porque así me toca ser. La imparcialidad de tratar de ponerme en los zapatos de todos, la empatia de comprender ciertas razones detrás de sus acciones, la moral de pedir perdón cuando uno se equivoca, la capacidad de construir una confianza y de ver crecer relaciones, el goce que deviene de ver a la gente que queres ser feliz, el tomar en cuenta sus opiniones, ect.
A veces me decepciona por momentos que el resto del mundo no actué de la misma forma que yo. No solo para-conmigo si no en general, cabe aclarar, pero luego recuerdo que todos cometemos los mismos errores de alguna u otra forma... y que tal vez, eso nos une mas que cualquier intento de empatia natural.
Mientras tanto yo seguiré tomándome mi tiempo para crear lazos, prestando mi oído a aquellos que lo precisen, tratando de ser lo mas trasparente y útil que pueda.

Para los que me hicieron reir cuando queria llorar. 

¿Puedo desaparecer, por favor?

Dia uno.

Y en el éxtasis de risas pierdo la consciencia. Me ahogo, entre nuevos recuerdos de buenos momentos. Me encuentro sentada, escuchando a todos aquellos que quiero.
Pero, incluso cuando intento sentirme un poco mejor y logro hacerlo casi inconscientemente, no puedo dejar de escucharlos con un solo oído, observarlos con un solo ojo, y hallar mi mitad en algún otro lado.
Mañana me sentiré mucho mejor.

Ojala pudiera quedarme un momento mas ahi.
Ojala fuera todo diferente.

Ya no tiene miedo
y nunca fue mas libre.
Ya no tiene miedo
y nunca fue mas fuerte.

Monólogos.

Taciturna en una vida nocturna que va a contramano del resto. Atrapada en una jaula de cobardía y desengaño. En un mundo es tristeza y dolor, mentiras y promesas rotas, palabras vacías y silencios que se clavan como dagas.
Los cobardes como nosotros no merecemos nada, incluso cuando no poseemos nada desde un principio... y nunca seremos libres de lo que acontece aquí adentro.
Estoy condenada.

Sola

Estación de trenes

Se puede percibir en el aire la densidad del momento. Las nubes se condensan, se aprietan en el cielo. Pronto va a llover.
La gente camina agobiada por el calor, agobiada por la vida, y agobiada por la espera. En esta singular estación algunos permanecen sentados mientras otros se mueven a velocidades que nunca imagine llegar a advertir. Los observo de cerca y no logro distinguir si lo que recorre sus rostros son lagrimas o gotas de sudor.
Que poética puede ser la vida a veces.

Entre tantos pasos perdidos se escucha el agudo silbato, como si gritara de desesperación, y de pronto el mundo se detiene. Mi corazón se acelera. Lo escucho, cada vez mas apresurado, cada vez mas atropellado. Una pequeña gota cae sobre mi mejilla y se desata la tormenta.
Me levanto de mi asiento y puedo oírlo quebrarse, pero estoy cada vez mas cerca y con aquel ultimo llamado se que es hora de partir. Ya no logro distinguir si lo que recorre mi rostro son lagrimas o gotas de lluvia.
Que efímera puede ser la vida a veces.