Y en el éxtasis de risas pierdo la consciencia. Me ahogo, entre nuevos recuerdos de buenos momentos. Me encuentro sentada, escuchando a todos aquellos que quiero.
Pero, incluso cuando intento sentirme un poco mejor y logro hacerlo casi inconscientemente, no puedo dejar de escucharlos con un solo oído, observarlos con un solo ojo, y hallar mi mitad en algún otro lado.
Mañana me sentiré mucho mejor.
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