8 de julio de 2015

Un mar.

No puedo conciliar el sueño, pues ya me encuentro soñando.
¿Que realidad no real se entromete en este intento de paz?.
Me han atado a un lecho de ironía mientras la ciudad susurra alguna que otra historia inaudita.
Mi respiración se entrecorta en la soledad de mi sueño.

Estamos parados, inmóviles y sin embargo nos movemos tan rápidamente.
Queremos viajar a lugares malditos. Subimos al tren y caemos al abismo.
Y que lindo es caer... que lindo.
Y como duele caer... como duele.
Siento que claman mi nombre, tan fuerte que aturde.
Puedo ver como la humedad detiene hasta el reloj mas exacto.

Mi alma herida siente el peso de la espera.
Como si la paciencia nos hubiera abandonado con el inicio de esta suave lluvia.
Ya no se si la realidad me arrulla en el remanso de un rio porque ahora veo un profundo mar azul
Y siento frió pues no estas a mi lado. Puedo verte por el rabillo del ojo, sin embargo.
Frío.
Profundo.
Vacío.

Necesito que me quemen... quemen... quemen.



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