9 de agosto de 2011

Diez días sin vos.

Diez días sin el único lugar al que tengo confianza para depositar todos mis pensamientos, diez días sin Rosario, sin aquellos otros amigos que veo de vez en vez, sin los lugares que frecuento, ni la música que escucho. Diez días para comprar una dichosa entrada. Diez días sin mi almohada.
Pero al fin y al cabo, diez días para disfrutar aquel viaje tan y tan poco soñado, cierre de mi secundaria, cierre de mi adolescencia.

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