8 de agosto de 2011

Contradicciones y malas construcciones.

Dividamos la culpa.
La primera mitad le corresponde a mi querido hogar, al cual considero hermoso hasta en sus peores días y amo hasta la pelusa que se junta en la esquina del comedor, pero su pobre edificación me impide encerrarme en una habitación sin tener que escuchar lo que el otro dice en la otra punta de la casa. Silencio 1 - Gabi 0.
La segunda mitad les corresponde a mis padres carentes de amor por la música (no los culpo ni los obligo, pero es un detalle importante), los cuales accedieron a comprarme un bajo, pero no me dejan tocar en la hora de la siesta porque duermen, a las 9 de la noche porque comemos, a la tardecita por que lo hago muy fuerte (y les juro que no puedo bajar mas el volumen), y dudo que me dejaran tocar en las otras horas aunque estas estén ocupadas por la escuela, mi higiene personal y mis horas de sueño. Silencio 2 - Gabi 0.
Así que bueno, de ahora en mas pasare frió en el altillo, pero por lo menos voy a vencer al silencio.

Acuérdense chicos, que la practica hace al maestro... si es que te permiten practicar.

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