31 de diciembre de 2018

50

Desde que tengo memoria me agradaron los números impares y desconozco que tiene que ver con todo esto, pero en el fondo si lo se. En el fondo siempre sabemos.
Hay cierta perfección en lo justo que choca levemente en mis pensamientos y a pesar de ello, este año terminó con la mitad de un siglo; con la menor cantidad de entradas hasta la fecha. 

Sin embargo, no se necesitan consuelos cuando uno no se encuentra disconforme con lo que lo rodea. Se puede estar peor, pero siempre se puede estar mejor y bajo ese concepto me abrigo de todo mal. 
Bajo un sol de diciembre amo con defectos, me río de mi misma, me desplazo de mi centro, lloro ante la inercia de la vida, me pongo en movimiento y siempre elijo la empatia. 

Que el arte siempre sea una forma de reflexionar sobre otros y sobre nosotros.
Que el arte siempre salga desde el corazón. 

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