junto al mar y la espuma, contempla Venus
el peso que equilibra balanzas ajenas.
Sonríe ante la pasividad del esquema
y tan dichosa escena se disuelve
como imagen en el agua.
Reflejo de la carencia, del porvenir,
termina por desmentir
las mas desmedidas proyecciones.
Sumerge sus rostros ante la verdad
inquieta como burbujas desesperadas
por alcanzar la superficie.
A nadie le gusta despertar ahogándose en su propia existencia.
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