He de sospechar que el calor no va a permitirme conciliar el sueño. Las noches de verano siempre me envolvieron con su dulce aroma a juventud, pero ahora he crecido y mis ideas están demasiado extasiadas de hacerme compañía en estas noches solitarias. Se hacen largas e infinitas cuando aquellas cuatro paredes de siempre me asfixian.
Sin embargo es reconfortante saber que he ordenado la prioridad de mis asuntos internos arribando al ultimo mes del corriente año. Me he reconciliado con la idea de soltar, y al final, he de comprender que a veces algunas cosas deben irse para que otras lleguen. Un ciclo tan natural como la arena que se renueva constantemente con las olas.
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