Supongo que a veces uno no ha de comprender ciertas cosas hasta que le suceden, y si tengo que afirmar que siempre me encontré en el lado del escepticismo, no ha de ser un problema.
Firme ante la idea de que las cosas caen por el peso de su realidad, en que todo debe ser analizado meticulosamente y teniendo la idea de que nadie órbita a nadie, ni nadie es el centro del mundo, ni nadie le cambia la vida de nadie; fui fiel a mis conceptos respecto a mi ignorancia en los terrenos del querer.
¿Quien diría que ante tanta ingenuidad iba a terminar tragando mis palabras con el agua más dulce de este río?. Dudo poder explicarles de alguna forma porque de pronto veo las cosas de forma distinta a como las veía a finales de años anteriores.
Supongo que incluso cuando me encuentro aferrada a la realidad de mi entorno, al amor en su forma más cotidiana y a mis propias convicciones mas que nunca... hoy puedo decirles que solo van a poder comprender ciertas cosas cuando les sucedan.
Que se yo, yo nunca se nada.
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