7 de octubre de 2015

La niña del rincón.

Sigue siendo la reina de la ingenuidad, de la ceguera auto infligida. 
El no ver para no creer y sin embargo seguir sintiendo las cosas de la misma forma.
Pero incluso cuando se aleja de todo, en la distancia divisa las sonrisas de aquellos que supieron llegar a su corazón. 
Entre tantas sombras, algunos fantasmas brillan por permitirse sentir.
Y el observarlos de esa forma nunca dejara de llenarla de dicha. 

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