6 de octubre de 2015

Bittersweet

Cierro los ojos y todo lo observo,  todo lo siento, como si de ayer se tratara. He nacido con el don de la memoria, y se que ustedes deben creer que es bastante gratificante, pero nunca estuvieron mas desacertados.
Desde el día en que pude hacer uso de la razón, recuerdo, cada palabra y su filo, cada mirada y su significado, cada golpe y su marca. Cada rostro, de aquellos que tanto bien me hicieron, pero que un día partieron sin decir adiós. Cada rostro de aquellos que aun se mantienen a mi lado. Cada recuerdo guardado muy dentro, donde la sangre baila a un ritmo natural, y los pensamientos no interfieren en aquel ritual. Bueno, tal vez lo aceleran a veces.
El lado bueno de la vida, el sentir, el vivir, el pensar, el rememorar, el sonreír, el querer, el amar.
El nunca olvidarse, de nada, ni de nadie.
Que condena tan agridulce.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario