21 de abril de 2015

Martes

Aquel toro testarudo, sigue embistiendo el mismo muro, una y otra vez.
Aquel perro fiel, sigue llorando detras de la misma puerta, cerrada ya hace años.
Aquel pajaro encerrado, sigue cantando la misma cancion melancolica.
Aquella niña del rincon, sigue riendose fuerte para que alguien la note.

Prefiero callar, aunque todo duela por dentro y tal vez, algun dia explotar sin que nadie lo note.
¿Vale la pena tanta cordura?

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