9 de abril de 2015

Lumière

Me siento un toque irritada, y tal vez todavía dolida. Que cosa compleja es a veces hacer entender ciertas cosas a determinada gente.
Yo siempre tiro de la cuerda, siempre brindo mil sonrisas, y siempre voy a hablar todo lo que necesite hablar; pero que cosa fea sucede cuando ignoran las palabras, como si no tuvieran un peso, un significado, como si no me hubiera costado armar determinada secuencia, solo para que estas no sean malinterpretadas.
Y te presentas ante mi, en toda tu gloria y tu desdicha. Me cantas una canción llena de argumentos tal vez correctos, tal vez no, y exigís todo aquello que en estos últimos años no has podido entregarme a mi. ¿Como se supone que deba reaccionar?, de la misma forma que siempre, ¿esperando tras una puerta cerrada, a que la abras cuando se te antoje? ¿levantándote cuando ya no haya nadie? ¿sufriendo en solitario por tu falta de tiempo?. Que no te extrañe que nuevos oídos sean la cura de mis males, y no reclames no escuchar mis nuevas historias cuando no intentas ni por un minuto ver que es lo que esta pasando por estas tierras.
Estoy un toque cansada... y sin embargo te extraño tanto.
Aquella luz, que tanto brillaba... a veces pienso que nunca volverá a iluminarme...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario