Duermo despierta en el eco de voces ajenas
que declaran todo aquello que no me animo
a decir, a pensar, a sentir, no necesito cerrar
mis ojos para soñar, esta vez, que el mundo
está cerca o que me encuentro en el pasado,
o a su vez en el presente o en algún futuro
que no puedo visualizar aunque lo intente.
Un momento específicamente maravilloso
que contiene toda la energía del universo
para alterar todas las células de un cuerpo
un simulacro a la muerte de nuestras penas
un poco de aire entre tanta tortuosa espera.
De pronto todo adquiere sentido de nuevo
¿entendés a lo que me refiero, no?
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