6 de abril de 2020

Aire libre

Ayer escribiste un poema rebozado en cristales de vidrios rotos donde caminaste los últimos largos meses. El brillo de excelencia solo exclama la urgente necesidad de afrontar que su fuente de inspiración, es solo un clima pasajero y etéreo, que inevitablemente conducirá a nuevos días llenos de aventura.

No importa cuanto te aferres, la realidad siempre se mueve en dirección al futuro. El sol seguirá saliendo una y otra vez. El calor se transformará en frío esta vez.
No importa como te sientas, el mundo no detiene su ritmo. 

Quisiera escribir una oda a las almas rotas por levantarse sabiendo lo que les toca, en la injusticia de ser convocados a sanar una cadena de eventos pasados heredados de la sangre que les permite estar vivos.
A veces pienso que tanto dolor nos permite manejar mejor ciertas situaciones. 

¿Por qué perder tiempo pensando en lo que no sucedió? cuándo vivimos peores golpes, aprendimos a ser agradecidos y a pelear por ser la mejor versión de nosotros mismos.

Comienza abril y respiro el reflejo de un nuevo otoño. Mañana será otro día para no olvidar quienes somos. 





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