No importa cuanto te aferres, la realidad siempre se mueve en dirección al futuro. El sol seguirá saliendo una y otra vez. El calor se transformará en frío esta vez.
No importa como te sientas, el mundo no detiene su ritmo.
Quisiera escribir una oda a las almas rotas por levantarse sabiendo lo que les toca, en la injusticia de ser convocados a sanar una cadena de eventos pasados heredados de la sangre que les permite estar vivos.
A veces pienso que tanto dolor nos permite manejar mejor ciertas situaciones.
¿Por qué perder tiempo pensando en lo que no sucedió? cuándo vivimos peores golpes, aprendimos a ser agradecidos y a pelear por ser la mejor versión de nosotros mismos.
Comienza abril y respiro el reflejo de un nuevo otoño. Mañana será otro día para no olvidar quienes somos.
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