13 de mayo de 2015

Pum

Has bajado la velocidad, y de pronto la gente se ve borrosa, con un aspecto fantasmal. Entonces caes en cuenta de que se ha quebrado el vidrio que no te permitia oir lo que se encuentra, todavia, dentro de tu cabeza. No hay peor ciego que aquel que no quiere ver las cosas como son, ni peor mentira que la que uno mismo se inventa.
Que tragico momento.
Entonces no sabes si lo correcto es malo, o lo incorrecto es bueno. Solo sabes que ya sabes, aquello que tanto te duele, aquello que tanto te estruje el corazon. Sus nudos, sus desenlaces.
Tengo la mente cansada, y el pecho herido. Cuando la ciudad te agota, ¿a donde vas?.
No es hora de ser cobarde.

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