16 de diciembre de 2013

Detrás de tanta alegría deliberada, cuando las luces se apagan y los ojos se cierran, nadie puede mirar hacia dentro mejor que nosotros.

Tenemos corazones de cristal y nos damos el derecho de ponerlos a prueba solo porque nos hace sentir vivos.

Ese es nuestro mejor poder, entregar toda nuestra energía a los demás.

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