18 de enero de 2013

Otoño de mi.

Piso aquel pequeño bosque de destellos levemente amarronados, aquellos parques que tantas veces caminamos. Es de mañana y solo puedo pensar en respirar el aire de este día nublado.
Inhalar, exhalar, reiterar.
Rememorar el viento frió acariciando nuestros rostros, la dulce gloria de aquel otoño al que nunca llegamos. Se huele la arribada del nuevo año, esa que se hace notar casi cuatro meses después. Aquel perfume embriaga con dulzura los corazones de los que preferimos esta estación, y sentimos la emoción de otro nuevo comienzo, con un marzo que entre climas bipolares le da paso a un abril intenso, un mayo para volver a acostumbrarse y un junio para despedirse.
Saquito negro.
¿Té o café?
Cigarrillos de filtro naranja. 
Hojas que crujen debajo de la suela de esos viejos borcegos gastados.
Las hamacas chirriantes en la plaza a la bandera.
Un tema de Blur, de fondo.
Rosario.
Y a vos, por mas que sea una incoherencia te extraño demasiado.


A vos otoño, por si no quedo claro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario