26 de octubre de 2012

Una soñadora.

Estoy a la deriva de un mar de tiempo y espacio.
Necesito alejarme de esta ciudad por un rato, de sus pequeños barrios, de las mismas calles de siempre, y sobre todo de su gente.
Estoy atada a la promesa del extranjero tanto como a las raíces que me mantienen acá en Rosario.
Me vendieron maravillosos sueños sobre Londres y Nueva York; quiero comprarlos.
Estoy dispuesta a esperar lo que sea necesario, aunque no tenga ni un centavo.
Soy una realista, una pesimista, capas un poco conformista.
Pero a pesar de todo eso, a veces me permito volar un poco lejos.


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