Hace mas de un año y medio (o mas) que estoy tratando de encontrar las palabras indicadas que coincidan cual rompecabezas para describir, ni mas ni menos, lo que siento por la música. Sin embargo me es imposible encontrar un termino que con brevedad resuma todo lo que surge dentro de mi cuando me desconecto del mundo, toco un instrumento o me limito a escuchar las composiciones de otras personas.
El otro día casualmente me encontraba en mi terraza, como siempre, fumando un cigarrillo y escuchando una canción. Era de noche y si mirabas el cielo pequeñas nubes se empezaban a juntar amenazando con una tormenta para cuando amaneciera por la mañana. Eran las once de la noche, algunas luces permanecían prendidas en las ventanas de los edificios y no se se oía ninguna clase de ruido, ni de la calle, ni de las casas vecinas. En el aire flotaba una atmósfera de "mañana es día laboral, hay que seguir con la rutina" que hacia que todo fuera un poco mas triste y monótono.
Cambie la canción de mi reproductor y cerré los ojos, el viento me movía el pelo con delicadeza. De pronto era uno de esos días nublados con un brillante cielo blanco, yo caminaba por las calles del centro y llegaba a orillas del rió, con esa canción, de fondo.
Creo que una de las cosas que mas me gusta de la música es cuando una canción me transporta a un lugar exacto, rompiendo con la barrera espacio-tiempo, creando una imagen en mi cabeza que mezcla recuerdos de mi infancia, y recuerdos actuales; esos que te dejan una sonrisa boba plasmada en la cara.
Es como si de alguna forma me abriera los ojos y me hiciera disfrutar de las pequeñas cosas que todos los días doy por sentado, como si me desnudara y dejara a la intemperie todas mis emociones, como si fuera mi conciencia y a la vez ese único amigo que me comprende en cualquier clase de situación.
Casi como una droga, inyectandoce a travez de los oídos, convirtiendo la suavidad de la piel en algo rugoso, llegando a lugares de los cuales no sabia su existencia.
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