10 de octubre de 2012

Palabras de una virgen.

Contemplando aquella imagen que nunca tuvo efecto sobre su persona, una mezcla extraña de sentimientos recorrió cada célula de su organismo. De pronto una ola de nerviosismo asoto sobre su cuerpo, desde su cabeza hasta la parte inferior que se encontraba abajo del estomago. Sintió nauseas y un punzante dolor en el pecho, acompañado de las frenéticas pulsaciones que su corazón producía. Ella podía escuchar aquel pequeño tambor resonando en el interior de su cabeza, como si le enviara un mensaje codificado, como si quisiera correr a lugares muy lejanos pero algo lo mantuviera atado allí; bombeando la sangre de una jovencita de trece años, tímida e inocente, insegura respecto a todo lo que le estaba pasando en aquel momento.

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