9 de septiembre de 2011

El solo hecho de estar ahí, es el solo hecho de que no me interesa.

Pequeñas voces en mi cabeza resuenan y resuenan, "el solo hecho de estar ahí, ya te vuelve culpable".
Dicen que nunca tenes que escribir enojado, pero yo no puedo evitarlo, aunque tampoco se si estoy enojada, creo que mas bien frustrada por esas simples cosas que pueden llegar a bajar un día tan pero tan hermoso.
Aprovechando la ausencia del otro día, se dispersan algunas palabras ajenas. Dichas personas sostienen sus pensamientos y están en todo su derecho, pero las palabras pueden doler mas que un golpe y grabarse en nuestra mente.
Y ahí es cuando me recuerdan que sigo siendo parte de ese baile de vivir, de esas mascaras sonrientes y brillantes, de mi consciencia insistiendome en revolver los pensamientos de un año atrás. Pero yo ya no sonrió ocultando lo que soy y aprendí a olvidarme de aquellos disfraces que parecían rodearme todos los días, ¿y si ahora siguen a mi lado? ya realmente no me importa, ¿porque realmente me iban a importar?...

Adiós paranoia, me despido de vos, y de todas esas cosas que no deberían importarme... incluyendo de quienes vengan.

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