20 de junio de 2011

Nunca es demasiado tarde para hacer las cosas bien.

Ok... acá viene la chica con sus sentimientos bipolares, que luego de undirse en semanas de malos momentos, tristezas inevitables, y otras cosas, sale a tomar aquella bocanada de aire necesaria para seguir aguantando el peso de sus pensamientos. Así tratando de sobrevivir a las experiencias de la adolescencia, se encierra en su cuarto para recordar que todavía es una niña y sonríe con cada recuerdo que le viene a la mente.
Dentro de aquel cuerpo de los diecisiete se encuentra la mente de una joven adulta y el corazón de una pequeña que solo sabe que nunca es tarde para hacer las cosas bien.

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