de la letra que me construye
de la melodía que me apaña
aún no cómo esto concluye
la patria propia, el mar ajeno
con la sangre reinventada
en algún remoto contexto
donde no me siento extraña
escribiendo palabras y textos
con una sonrisa puesta de sol
con un atardecer que revienta
cada única ola de pensamiento
el deseo puesto en el porvenir
si Orión aún se puede invertir
sin nunca dejar de ser él mismo
con espontánea reminiscencia
yo nunca perderé mi esencia
aun cuando pasen los años
Buenísimo.
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