una melodía se desgasta en el intento
de relajarse hasta caer en lo profundo
un viejo amigo me visita nuevamente
y no puedo evitar darle la bienvenida
con los brazos ampliamente abiertos
con la mente recubierta de fantasias
estoy agotada de luchar contra esto,
le dije, mientras el pecho se agotaba
de tanto martillear como un repique
que cada tanto recuerda la realidad
de soñar con determinadas figuras
insomnio en la inocencia del efecto
que provoca la presencia del viento
ligeramente ingenioso y refrescante
que se escurre sigiloso en el ahora
de mis pensamientos para perfumar
todo este ambiente que habitamos
imnotizando en un simple instante
dejame entrar, dijo y yo no pude negarme
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