30 de marzo de 2020

Astronautas

Atravesando un estado de somnolencia
donde flotamos en universos paralelos
las palabras se despegan de los labios
un poco agrias pero los gestos eternos
resuenan como eco en el vacío, dulces,
sumando nuestras partes en conjuntos
ideales, como si hubiera sido planeado
hace ya algún tiempo lejano por alguna
fuerza ajena a todos nosotros.

Duele partir, otra vez, cuando en realidad
nunca estuvimos, porque nunca fuimos
más que un sueño.

Es hora de regresar al planeta tierra.


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