abrigada en lo incómodo del tiempo cálido
me resguardo en el augurio de un silencio
intervalos que conectan el sonido futuro
sólido afirmamento se desplaza terrenal
no es hora de silenciar la mente, pequeña
la idea interrumpe innegable, en la ciudad
vacía, a la espera de que concluya al final
observo en el espejo aquel ser que habito
muchas veces indispuesto en su ignorar
fe de erratas que se tiñe de un color bello
soy retrato nostálgico de niña olvidadiza
que de a momentos recuerda la firmeza
que la caracteriza y me veo rodeada de
todo lo que quiero y me encuentro entera
la suma de mis fragmentos que siempre
estaré dispuesta a levantar
uno por uno
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