12 de marzo de 2015

Circulos sin fin.

Dando vueltas en la calecita eterna de la desgracia. Siempre quejandome de no haber nacido con el pie derecho, y tal vez, de haber tenido que moverme de mil maneras solo para conseguir repirar. A pesar de llevarlo de por vida estoy muy contenta de haber tenido que aprender a ser feliz. ¿Quien quiere ser una victima?
Yo no.

Sigo dando vueltas porque nunca voy a dejar de ser lo que soy. Con el paso del tiempo pude aprender a convivir con eso y tal vez a sobrellevarlo. No hay culpable que no devele el propio reflejo en el espejo.

Y se siente tan bien.

Que todo te chupe un huevo.
A pesar de que el dolor vuelva, bastante fuerte, a veces.

Creo que es tiempo de sanar mis heridas. Pero esta vez de verdad.

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