Presa de palabras que su boca no emitió.
Se oculta en los sonidos.
Se expresa en las miradas.
Se limpia los ojos y sale a vivir.
Transpira aquel orgullo que como caparazón tapa aquel blando corazón.
Y llora por las cosas que no sucedieron.
Y fuma un cigarrillo a escondidas aunque sea innecesario.
Y se siente afortunada
Y la consume la desdicha.
Presa de las palabras que ingresaron a sus oídos.
Siete años y contando.
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