15 de septiembre de 2013

- Me encantan las puestas de sol. Vamos a ver una puesta de sol.
- Pero hay que esperar...
- ¿Esperar qué?
- Esperar a que se ponga el sol.
Primero pareciste muy sorprendido, y luego te reíste de ti mismo. Y me dijiste:
- ¡Siempre creo que estoy en casa!
En efecto. Cuando es el mediodía en Estados Unidos, el sol, como todo el mundo sabe, se pone en Francia. Bastaría poder ir a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol. Lamentablemente, Francia está demasiado alejada. Pero en tu planeta tan pequeño, te alcanzaba con correr tu silla algunos pasos. Y mirabas el crepúsculo cada vez que lo deseabas.
- ¡Un día, vi al sol ponerse cuarenta y tres veces!
Y un poco más tarde agregabas:
- Sabes... cuando se está tan triste a uno le gustan las puestas de sol.
- ¿El día de las cuarenta y tres veces estabas entonces muy triste?
Pero el principito no respondió.

Capitulo VI
Le Petit Prince

No hay comentarios.:

Publicar un comentario