7 de mayo de 2012

Y otra vez a la rutina...

No estoy soñando despierta, no me permito hacerlo. La realidad es como un perro que me sigue, pero no pretendo echarlo. Disfruto de las pequeñas cosas aunque suene patético. Estoy bien, no puedo decir lo contrario. Hoy por hoy no hay vaso medio vacío, ni vaso medio lleno. No sentir nada es a veces peor que sentir algo malo. 
La semana se convierte en aquel desierto demasiado largo y el fin de semana es solo una lluvia de verano, esas que duran poco y no alivian a uno del agobiante calor. Necesito algo que me saque de la rutina, que me aleje de mi casa. Siento que estoy perdiendo mi condición humana, no pienso, no siento, no lloro, no nada. Y no quiero estar mal otra vez, nadie quiere estarlo, pero creo necesario, un golpe, una caricia, una piña, una sonrisa, solo para saber que no soy un robot programado para seguir respirando. 

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