traslúcida, pasajera e itinerante,
trato de que no condicione
cada una de mis acciones.
Y si me encuentro vencida
dejo que la lluvia refresque
un poco estas ideas,
que lave antiguas penas.
Y cuando asome un rayito de sol
sabré con mas certeza
tanto y cuanto me pesa,
una palabra cálida,
un gesto de calidad,
para dejar de postergar
humores benevolentes.
No hay tormenta que espante
esta necesidad de aprender
este ímpetu de vivirlo todo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario