Invisible a la mirada invencible
esa persiana que todo protege
en la quietud de su interior,
evidente, carente de plenitud
remanente de un anterior
disfraz, perfecto, preparado,
para ser utilizado,
en el momento indicado
de correr en otra dirección
siempre cerca del miedo
para no perder control
¿Cuánto brillo perdemos
por preservarnos oxidados?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario