27 de febrero de 2020

Compartí, compartí, compartí.

(Creo que es de suma importancia comenzar por aclarar que no estoy en posición de criticar a nadie, debido a que, en primer lugar voy a hacer referencia a cosas que también hago y en segundo, todos tenemos una cuota de hipocresía; por más palabras que escriba no voy a estar exenta de ello)

Estuve pensando lo que representa vivir en esta era digital y como afecta nuestras relaciones. Creo que los avances tecnológicos son fantásticos, no me malinterpreten. Tienen un rasgo positivo que no puede ser olvidado. Sin embargo, me genera una mezcla de dolor y frustración esa imagen de exito que los individuos debemos proyectar para cumplir con un eterno mandato social.
Sobre todo porque se escurre en las redes sociales de una forma plástica e insincera.
Compartimos lo superficial en busqueda de validación disfrazada de amor propio. Belleza con filtro, sin imperfecciones. Estilos de vida como si fueran la única forma de transitar esta existencia. Seducción a traves de respuestas genéricas. Opiniones como verdades absolutas. Odio que se justifica como libertad de expresión. Amistad como foto posada. Amor como un me gusta.

Me aterra un poco la idea de caer en un círculo superficial, vacío y poco tangible. Donde nos olvidamos que hay un otro, humano, vulnerable y real. Relaciono lo previamente dicho con la cultura pop y su obsesión con determinadas decadas pasadas. Tal vez recaemos en ciertas nostalgias para intentar llenar un vacío actual que solo parece hacerse más profundo con el paso del tiempo. 
Estamos tan sedientos de sentir una conexión verdadera que consumimos lo que esta a nuestro alcance, una suerte de conformismo que por sencillo es lo más atractivo, pero eso no implica que sea lo mejor. Concluyendo así en ansiedades, fobias, miedos, tristezas, cada vez más comunes entre nosotros.

¿Cómo rompemos con esto?

Salí de tu casa, juntate con tus familiares o amigos. Pregunta como estan, de verdad y contales como estás vos, realmente. Deja el celular, disfruta de las risas y de las lágrimas. Dales ese abrazo. Decile a esa chica lo mucho que te gusta, decile a ese chico lo mucho que querés besarlo, demostrale a esa persona lo mucho que la deseas, no te quedes con la duda detrás de una pantalla. Escucha un par de canciones cuando vuelvas del trabajo. Pone la radio, un cd o una playlist y mira por la ventana del colectivo las calles que tanta vida poseen. Tomate un tiempo para vos, reflexiona, distraete, entendete, mimate. Intenta aprender algo nuevo, intenta seguir aprendiendo algo en lo que no sos tan bueno. Disfruta del silencio si es necesario. Silencia el celular, las alarmas suenan igual y mañana será un nuevo día.

En lo personal encuentro al arte como forma de no perpetuar una imagen superficial de la vida. Comparto mis poesías por si alguien se siente identificado y quizá un poco menos solo en sus emociones. Comparto mis fotos porque tal vez pueden encontrar un detalle cotidiano que les alegre el día. Comparto la música que escucho porque me alivia el alma y posiblimente alivie otra alma en pena.

Comparto porque no esta mal hacerlo, no mientras no se pierda su significado, no mientras sea un gesto sincero; en la medida en la que este mundo actual nos lo permita.

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