Cuantas palabras se desperdician enunciadas desde la negatividad. Del suplicio en el silencio, hay una elección que se procesa en el descontento interno y nunca es excusa para elegir el menosprecio, el maltrato o el denigrar a la persona de al lado.
Genera un poco de pena ver tanta gente sumida a estas formas de actuar, pero nunca logra robarle el foco a aquellos que ante todo mal elijen hacer el bien.
Que nunca se pierda la esperanza.
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