8 de febrero de 2019

No hay excepciones y no hay reglas

Lo mas bello de las palabras radica en aquello que las delimita.
Su definición, su significado, su pragmática.
Es como si encajaran perfectamente en una secuencia, en un espacio y un tiempo. En medio de factores aleatorios que nunca pecan de mera casualidad. Elegidos a consciencia o tal vez por inercia, siempre encuentran su lugar exacto. A su vez conectando de manera elocuente entre similitudes y diferencias; aunque puedan reemplazarse en ciertas ocasiones, nunca serán lo mismo en el decir (ni en el sentir).
No es lo mismo querer, que anhelar, que atraer, que desear, que amar.

Mientras sepamos sus acepciones y que significan para nosotros, su peso no será tomado a la ligera.
Nunca pero nunca habrá lugar para el error. 




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