30 de noviembre de 2018

Daños y perjuicios

Arrastra su sombra sombría, lúgubre pesar, de aquí para allá y recita un discurso tibio con errores de puntuación.
Como si sus palabras no pudieran contenerse de salir despedidas de su boca sin ser ordenadas correctamente con anterioridad. 
Un reflejo inquieto de una sociedad que aparenta y una apariencia que se quiebra con un ligero roce. 
Cuatro paredes encierran la catástrofe, como catacumbas del devenir. 

¿Quiénes somos? ¿a dónde vamos? ¿a alguien le importa todavía?

Rodeados de libros como ladrillos que forman las barreras que nos dividen. Pueden leerlos todos para justificar su desgracia y ganar tal vez unas pocas batallas, pero nunca podrán comprender lo que nace desde el alma.

El mundo es de los que sienten y educan el sentir. 


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