Nos encontramos sin pensar que nos encontramos.
Nos teníamos desde hace rato uno enfrente del otro.
Y sin embargo nunca nos vimos demasiado.
Que irónico puede ser el destino.
Cuando nos encontramos en torpes coincidencias.
Que nos sentencian a ser culpables de ciertas desdichas.
Pero nosotros no sentimos culpa.
Y nosotros si lo sentimos todo.
Nos encontramos en algún parque de una ciudad ya conocida.
Y sin embargo parecíamos dos desconocidos.
Pero se sintió como si fuera desde toda la vida.
Que confuso puede ser el destino.
Nos teníamos desde hace rato uno enfrente del otro.
Y sin embargo después de todo este tiempo logramos,
encontrarnos,
en afortunadas coincidencias.
Y no podría darme el lujo de pedir que haya sucedido de otra manera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario