15 de diciembre de 2014

Badhead

Extrañar a la gente es normal. No lo considero un pecado, excepto en el momento que cruza la delgada linea de la dependencia.
Hemos crecido expandiendo nuestras raíces por diferentes territorios dentro de esta ciudad pequeña, y puede que ya no crucemos palabras de la misma manera que cuando el mundo era una puerta abierta llena de libertad.
Es casi difícil de comprender al principio, cuando la cabeza de una persona detallista se olvida de mantenerse en constante contacto, incluso en nuestra era de la comunicación. Sea yo la que olvida, o sean los otros. Pero no vale la pena reprochar nada cuando yo no olvido el cariño a determinadas personas incluso si las veo una vez al mes o menos. Espero que ellos hagan lo mismo.

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