18 de julio de 2014

Los días largos.

La eterna hija del otoño, devota al ocre de las hojas que con tanta felicidad ve caer, hoy implora un rayo de sol carcomiendo su alma, desgastando sus penas, animando su felicidad. Necesita que las flores florezcan y que las aguas se agiten. Que la cerveza refresque su sonrisa.
Que los calores los mantengan despiertos hasta horarios desconocidos, y que orion vigile sus movimientos por la ciudad que muere de vez en cuando todos los eneros.

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