2 de agosto de 2013

I shall be free.

Encontró la carta de las tres de la madrugada del diecinueve de marzo, aquella donde la distancia entre emisor y destinatario era solo de centímetro de consciencia. El dolor de recordar se convirtió en una gloria mas agria que dulce, y escondida entre sus sabanas, se rehusó a dormirse sin reflexionar.
Hacia tanto tiempo que no se sentía así de bien. Luego de pasar un año estancada en las mismas calles de siempre, los primeros meses del corriente se la paso persiguiendo a la idea equivocada; aquella que desde un fondo perverso, observaba inquieta como ella decencia cada vez mas hondo. De aquel producto nacieron esas palabras y casi seis meses después todo era tan diferente que se asombro cuando recordó que aquellas habían salido de su cabeza.

¿Nunca sentiste que la felicidad es tanta que se te sale por los poros?.


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