Puedo ser lo que quiero, cuando quiero, como quiero y donde quiera, ¿pero puedo tener aquello que deseo? y al final de que cuentas ¿que es lo que deseo?. Pensé que lo sabia, pero mi mente parece bloquear el recuerdo del propio conocimiento personal, de la inestable y dudosa mente de la muchacha que les escribe en este momento.
Me encuentro cruzando la linea que divide mis decisiones entre si y no. Trastabillando en la cuerda floja del no se. Analizando demasiados pros y contras que no ayudan a mantenerme balanceada. Veo todas las razones para optar por el si fácil, un refrescante lago de incertidumbre y espontaneidad; y veo todas las razones para inclinarme hacia el no, un cómodo colchón de argumentos convincentes y seguros.
Como buena taurina la estabilidad es mi elección de cabecera, siempre me inclinare por ella y caeré a los seguros colchones que me envuelven de explicaciones totalmente validas. Pero me encuentro subiendo otra vez la escalera de mis pensamientos y poniéndome en la cuerda floja porque me permito dudar, y eso es algo que todavía no comprendo...
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