Húmedas mentes. Dibujan trazos donde se desdibujan ojos cansados.
De tormentas mal pronosticadas, de pronósticos mal aprovechados.
Humanos, ilusionados, dormidos bajo el ruido de falsas lluvias nocturnas.
Aguardando la verdad de la naturaleza. Somos una linea.
Desfigurada y perversa.
Es el capricho de febrero con la carencia de agua.
Una sequía como nueva guía.
¿Refrescará marzo nuestros interiores o moriremos de inanición y de anhelo?
Ninguna planta puede crecer a ritmos tan pausados.
Alimentándose de caprichos modestos.
Todo.
Ya.
En este momento.
Queremos.
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