Las cosas que callamos.

Y otras observaciones.

En alguna plaza de esta ciudad un grupo de amigos se junta a tomar unas cervezas. Todos conversan un poquito extasiados entre el calor y la alegría de distenderse de un día laboral. Sin embargo detrás de tantas risas acartonadas entre burbujas de bebida fermentada, se encuentran, mas quebrados por dentro que por fuera. Uno de ellos se detiene a observar al resto, como si guardara en su cabeza una instantánea del asunto, pues en el fondo sabe que probablemente no sea así por siempre.

En alguna parada de esta ciudad una pareja espera que pase el colectivo. Ya acostumbrados a la magia de que los silencios no sean incómodos entre ambos, callan y reticentes conversan con sus consciencias. Ella, un poquito mas bajita que él, aprovecha su ausencia y lo observa con ternura pensando tal vez que la fortuna esta de su lado; esta vez. Él presiente su mirada y le regala una sonrisa despreocupada para disipar cualquier posible sospecha, pero vuelve inmediatamente a contemplar la nada pensando que tal vez ya no la ama como antes.

En alguna esquina de esta ciudad un joven esta parado, estático, mientras la gente continua caminando a pasos acelerados y danzando a su alrededor. Para éste el mundo se encuentra congelado mientras observa fijamente como se aleja la chica que acaba de dejarlo y reflexiona sobre todo lo que pudiera haber dicho, antes y ahora, para cambiar aquella situación. De pronto baja su mirada cuando un niño distraído se tropieza con él, para luego perderla a ella en la distancia.

En algún cuarto de esta ciudad una muchacha observa el celular con ansiedad. La luz de la pantalla es lo único que ilumina, con su luz fría, la habitación. Sus dedos tiemblan ante la idea de mandar un mensaje. Que hacer, que decir, que responder, cuanto tiempo debe esperar. No evoca en que momento algo tan simple se volvió tan complejo. Jugar ese juego que todos saben. Así analiza un millón de probabilidades, pero cuando advierte la pequeña frase en linea su mente vuelve a cero y no envía nada.
Mañana, seguramente.