La iluminación tenue.
Una escena demasiado romántica,
para una realidad tan lúgubre.
Las casas viejas respiran con dificultad
debido a la humedad de la ciudad.
Sus habitantes observan
reflejando como espejos
la nostalgia y la tristeza.
Pero carecen de rostros.
Sentí tu presencia.
Como si me persiguiera,
un mal augurio,
bajo un velo de tristeza.
La constante imagen no nítida,
de un recuerdo de antaño.
Danzando entre romances
de siglos pasados.
Entre los caminos de una calle
maldita, preciosa, icónica.
Un sueño decente.
Un despertar amargo.
Un deseo agridulce,
dulcemente callado.
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