las grises calles de una ciudad ciega.
Ambos carentes de atención por parte de sus familias,
escaparon durante la noche y se encontraron durante el día,
en la rivera de un rió sucio, que reflejaba tristeza.
La decepción era el contenido de sus decencias.
Se sentaron en un banco donde un sol tímido los rozaba,
bajo el arrebato de encontrar aquel afecto
que nunca habían podido saborear del todo.
Y del dicho al hecho en una noche fueron desechos.
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