Los oídos se han cerrado y los ojos también.
Estamos tan llenos de odio, de odio, de odio... que este se repite como un eco que intoxica nuestra manera de pensar.
Estoy tan atada a los viejos lugares, a las viejas formas, que nunca puedo evolucionar.
Nadie nunca quiere parar y caminar a mi ritmo.
No todo lo nuevo brilla mas.
No se olviden de mi.
Yo no me olvido de ustedes.
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